jueves, 12 de agosto de 2010

Mi inquieto corazón preso en una pequeña latita de metal resuena cuando tus dedos tamborilean sobre ella. tu lo extirpas de su prisión de hojalata tu lo salvas del agujero de oscuridad tu le das martes soleados y cantos de notas otoñales Ahora es cuando tu lo alcanzas tu te lo guardas tu lo admiras obnubilados tus párpados embriagados con la responsabilidad que se te descubre con la delicadeza que implica tamborilear sobre simples cajitas de metal

1 comentario:

tefaltamambo dijo...

sospecho que esto tiene nombre y apellido =)