miércoles, 11 de marzo de 2009

M




Como pocos, acompañaba la chocolotada con un tomate sin sal, cuidadosamente cortado y se divertía leyendo obituarios en el periódico de los domingos;como algunos, añoraba hechos que nunca sucedieron, que ni remotamente sucederían; y se decía a si mismo que los gatos eran animalejos del demonio;como muchos, se alineaba en todas las filas y simplemente se dejaba llevar por la dirección que tomase la corriente, "la más apropiada". Nada de tratar de caminar hacia atrás, mucho menos en diagonal, y que nadie le hablase de contradicción o inestabilidad, eran términos ajenos a su diccionario de vida. Las cosas eran como eran por alguna razón, y si el había venido al mundo, (porque había venido), no tenía porqué cuestionarlas. No, se lo había dicho de pequeño un elegante funcionario de su ciudad: las nubes estaban para ser observadas, el pasto para ser cortado, las masas para ser amaestradas y él, no tenía que preocuparse por ninguna de esas cuestiones.


No reflexionaba sobre nada y nadie le importaba. No era desamor por lo que le rodeaba, sino que ningún ser era lo suficientemente importante como para situarlo en la balanza de los pro y los contras, menos que menos para analizarlo, excepto tal vez, ella.


Ferviente defensor del "existo, luego pienso" , lema del cual se declaraba propio autor, y anticartesiano por antonomasia, Miguel hacía (nunca pensaba). De haberlo hecho en algún momento, de haberse perdido en lo que el mismo llamaba "estúpidas reflexiones que no llevan a nada / malditos preámbulos destructores de la felicidad", nunca hubiese logrado la hazaña de salir ese día (ni de su casa, ni de su ensimismamiento, ni de su cabeza), o besar a Caris. y Caris agradecía que ésto fuera así, porque con Miguel nunca se sabe. Se sabe lo que pocos, lo que algunos, lo que muchos, se sabe que hace, y punto, lo demás ya es puro misterio. Un misterio que él tampoco se ocupará nunca de desentrañar (¿para qué? si sabe que mañana va a hacer calor y que tal vez se vea con ella. Es todo lo que necesita)Nunca entendió muy bien de porqués. Solo le bastaban los cómos, los cuándos y los dóndes, y allí estarían: él y sus impulsos. Quiero algo, entonces lo obtengo ya, porque mañana querré otra cosa, que también obtendré. Lógica pura. Así funcionaban ellos, ya se dijo, Miguel y sus impulsos. Benditos sean ellos (en una forma atea, claro está) y sus ganas de hacer.


Basta de pensar (tanto)

martes, 10 de marzo de 2009


ni vos vas a venir
ni yo voy a ir
no pienso.
el orgullo
me come los pies;
(no corro, no camino)
sella mis labios;
(no hablo, no digo)
ata mis manos, fuertemente, puños cerrados
(no corto ni pincho)
deja que me estanque en la arena de las ideas
que algunos se empecinaron en inventar,
que otros se empecinaron aún más en creer,
las que hoy valen nada y en la nada se disuelven,
esas por las que otros murieron antaño por defender
no yo, si yo estoy estancado en la arena
y soy tan pequeño.
la linea recta es la llegada a la que nunca accederé,
es la broma mejor dispuesta, la mejor jugada,
el utópico horizonte que anhelan tantos
y del que yo casi siempre me rio.
tampoco es que me encuentre solo,
alter egos son los que sobran,
y olas
y azules.
alguien aplaude allá, y otro, y otro más
pero no se,
me niego a admitir que sea a mi a quien esas manos busquen

son gusanos metiéndose en la cabeza
los que ensucian los pensamientos de alguien más
que ya no soy yo


y ya nadie más aplaude .

throwing my arms around..

No es la agorafobia
no es el agua rozando mis pies
no es la ola que se precipita
(la que aguardo indiferente, pasivo, inmutable)
no es la arena invisible,
ya se dijo mucho de ella,
tal vez es sólo que
sigo siendo el mismo de antes
y siento las mismas cosas.
(acá estoy, acá está, una primera persona del singular en espera)

Mantas

¿Y si no viene?.¿Y si no voy?. Después de todo, le dije que se trataba de algo malo, así que es muy probable que no venga. No tengo porqué ir, ella fue clara: lo que tiene para decirme no es nada bueno, y yo no tengo porqué ir hasta allá para escuchar quién sabe que boludes, ni siquiera es algo bueno. Conociéndolo, no va a venir. No voy a ir. No, si nunca hace nada. Nunca hice nada. Siempre fui yo la que tuvo que iniciar cada cosa, hablarle, buscarlo, porque él, nunca nada. Pero si no voy me va a hacer sentir culpable después, por favor, ni que fueramos algo, como para que yo tuviese que ir si o si, y nunca le pedí que haga nada. Nunca me pidió realmente, pero yo fui, fui a esa presentación suya en la loma del a, me remonté a 1492, al 12 de octubre. Yo nunca le pedí que viniera. Necesitaba verlo haciendo lo que realmente le gusta (se detiene, piensa, se acuerda que sólo en ese momento pudo verlo sin el velo que envuelve a su persona el resto del tiempo, logró percibir quién era él realmente, vulnerable detrás de su instrumento, sin posibilidad de falsear sentimientos, de esconder una personalidad ya de por sí esparcida como un puzzle al que le faltan sus piezas claves), nunca me pidió, pero qué otra cosa iba a hacer. Por ende, no tengo porqué ir ahora, además, son malas noticias. Pero él, claro, él creerá que no tiene porqué venir, además, “son malas noticias”. Es así, ¿y si voy?. ¿y si viene?. No es que me importe, no es nada, pero así me saco las dudas de una vez. Podría sentir curiosidad, tener dudas, podría, incluso, querer venir, pero no, no lo va a hacer. Esta jodido el tema, porque capaz viene el flaco en un rato, y rulo no anda muy bien. No, no lo va a hacer, me va a poner una excusa pelotuda, del tipo “viene el flaco” o “se enfermó rulo” y yo, bien gracias, que me vaya a freir panchos. Ella sabe como soy, y hasta donde puedo dar. Que estaba pretendiendo, porfavorr, ¿milagros?, tarde me vengo a acordar que mi nivel de religiosidad se puede equiparar al que pueda llegar a poseer el sr sagan en alguna parte de su columna vertebral, ¡como me molesta que sea así!. (a una distancia considerable en cuadras, se detiene, como si hubiese escuchado un quejido lejano en su contra, pausa reflexiva hasta que finalmente, él se decide a ir). (tiempo que transcurre lentamente; uno, pedaleando; otra, tumbada en el sillón, esperando, ceño fruncido, mirada clavada en el techo, manos que juguetean nerviosamente, alguien golpea a la puerta). Piensa: ¡vino!. Piensa: ..al final vine. Hola. Hola. ¿Cómo estás?. Bien ¿vos?. Bien, hace calor. Si… ¿Qué es eso tan malo que tenés que decirme?. Se muerde los labios, arruga la nariz, entorna los ojos, mira hacia abajo, luego hacia arriba, luego hacia delante, hacia dos ojos que no están entornados, pero si suspicaces, y finalmente dice: Te quiero .Ahora no se escucha nada más.

undecided II

y porque sabe que no se anima, que no lo dice y que si fuera por él, no lo diría nunca jamás, ni en el jamás de los jamases, ella tampoco lo dice. no lo dice porque sabe que él no lo dice, porque cree, mejor dicho: sabe, que el no lo diría, y que ella no lo diría tampoco, porque él no lo dice, porque no se anima y porque ella tampoco se anima, y no sabe que quizás, él no lo hace porque ella tampoco, porque ella no lo dice, él tampoco. Sería más fácil si alguno de los dos lo dijera, pero no, ella no va a dar el brazo a torcer, porque él no da el brazo a torcer, y porque le gana el orgullo, y la vergüenza. Y aunque los carcoma la incertidumbre, no lo van a decir, porque saben que no se animan, que no lo dicen y que si fuera por ellos no lo dirían jamás, ni en el jamás de los jamases.
Y así andan de enredados, los señoritos sin agallas.

undecided

Gritan pero cantan
los sonidos del amanecer.
Al viento suelto mi furia toda
Mi lengua es ponzoña,
que no la juzgue mas que mi consciencia
que no me juegue en contra
lo que escupe mi boca
Las palabras que repiquetean en tus oidos
No te confundas, no pienso en vos
antes
haria cercenar mis ideas
por la misma reina de corazones.
Alicia sabe muy bien lo que hace,
adentrándose en mil laberintos
sabe muy bien lo que hace,
yendo tras el conejo blanco
Y las palabras que ahora te escupo,
Escuchas?
No te confundas, no es amor